Hay historias que duran menos de un libro pero abarcan una vida entera. Prefiero no pensar si mi libro realmente valió la pena. Simplemente sé que está ahí, dispuesto a ser hojeado de nuevo para que se escapen un par de lágrimas. Y, así, quizás algún día pueda recuperar todos los momentos felices y el tiempo perdido en volver atrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario