12 de marzo de 2011

Latido enojado.

Hoy me he dado cuenta de que mi vida es una circunferencia perfecta llena de las mismas imperfecciones. Un eterno retorno del que, desgraciadamente, ya no puedo escapar.
Es una vida a base de esquemas, patrones simples y sin ningún fundamento que, al final, siempre llevan a las mismas consecuencias. Yo, con mis ganas muchas veces equivocadas de comerme el mundo, salgo desbocada a la calle. Mientras tanto, ellos, me sujetan y van dejando escapar su paciencia poco a poco, como en una olla a presión. Entonces, un día cualquiera, una de mis ideas hace estallar esa olla y todo se desmorona. La casa se convierte en un conjunto de paredes vacías en las que solo se respira silencio y tristeza, donde huele a corazón roto y todo sabe salado por las lágrimas.
Soy un error irremediable de la naturaleza, pero lo tengo asumido.

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