5 de marzo de 2011

Latido remojado

Cualquier tarde podría haber sido mil veces mejor. Una lasaña, unos crepes, un sofá, muchas fotos horrorosas, un perro que no para de ladrar. Cualquier tarde podría haber sido mil veces mejor, pero esta no lo ha sido.
Una tarde de lluvia en la que las gotas saben a alcohol, una tarde en la que la lluvia destiñe los corazones, una tarde en la que las gotas de la lluvia se pegan en tus ojos y brotan de ellos sin poder parar. Y, mientras tanto, yo miro sin saber qué puedo hacer.
Me tiemblan las manos, desahogo mi ira destrozándome los nudillos solo para sentirme mejor, doy vueltas, resoplo, grito, lloro. Y tú no paras.
Entonces, misteriosamente, una interminable lista de chistes malos, unos abrazos de corazón, guiños de ojo, una nariz roja y palabras escogidas con mucho cuidado hacen que esa sonrisa vuelva a tus labios.
Sonríe pequeña, que tu sonrisa mueve el mundo.

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